ECLIPSE DE LUNA LLENA, ECLIPSE DE CIERRE Y CAMBIOS

Durante todo éste año hemos entrado en un momento de cambio, nuestro mundo y la vida como la conocemos a nuestro alrededor, está experimentando fuertes transformaciones que nos están llevando a soltar lo conocido, para abrirnos a una nueva forma de vida. 

Desde una perspectiva astrológica, dichos cambios no solo están ocurriendo físicamente, sino también a nivel planetario, ya que como lo he dicho en diversos artículos, todo lo que ocurre arriba, termina proyectándose y manifestándose abajo. Cada movimiento que produce algún astro en el espacio, genera una ola de cambios en la vida que conocemos aquí en la tierra. Un ejemplo de ello lo vemos claramente con las fases de la luna, ya que cada una de estas fases tiene un efecto importante en nuestro mundo, debido a que la energía lunar tiene la capacidad afectar las aguas del planeta tierra. Sin embargo, dichos efectos no solo los experimenta la tierra, sino que también dicha energía lunar tiene un efecto en nuestro cuerpo, ya que así como tres cuartas partes de nuestro planeta tierra son de agua, de la misma manera, tres cuartas partes de nuestro cuerpo son líquido, algo que nos hace tan iguales a la tierra, como propensos a ser afectados por la energía de la madre luna. 

Partiendo desde éste punto, no solo las facetas de la luna nos afectan, sino también, los eventos que tienen que ver con ésta, entre ellos los denominados eclipses lunares. A nivel astronómico, un eclipse lunar no es más que un fenómeno natural que sucede cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, generando un cono de sombra que oscurece a la Luna. Para que suceda un eclipse, los dos cuerpos celestes, la Tierra y la Luna, y el sol, deben estar exactamente alineados o muy cerca de estarlo, para que así la Tierra bloquee los rayos solares que llegan al satélite. Los eclipse lunares se dan cuando la luna se encuentra dentro de su fase llena.

Desde una perspectiva espiritual, durante un eclipse lunar no solo se ve afectado nuestro planeta tierra, ni solo experimentan la luna y la tierra la oscuridad, sino que nosotros al ser un reflejo de nuestro planeta tierra, también experimentamos diversos cambios y transformaciones a nivel físico. Durante un eclipse lunar, experimentamos a nivel emocional un proceso de sombra, un momento en el que nos encontramos con todos aquellos sentimiento que hemos ocultado dentro de nosotros, y que durante un eclipse lunar, emergen dichos sentimientos para que nos encontremos con ellos, los reconozcamos y los sanemos. Los eclipses lunares son un evento mágico para encontrarnos con nuestra propia oscuridad, para hacer el viaje de la mente al corazón, y de esta forma identificar aquello que nos resta, aquello que nos pesa, aquello que nos limita, para de esta forma ponerle un cierre.

Durante un eclipse lunar siempre he recomendado no hacer nada que implique generar luz, me explico; es muy común escuchar personas que hacen meditaciones durante los eclipse de luna llena, e inclusive realizar rituales, ignorando que en los eclipses al bloquearse la luz por unos minutos, la oscuridad toma protagonismo, generándose que todo aquello que habita en la oscuridad (sombras, larvas y seres de baja vibración) aprovechen de la oportunidad, para moverse y generar caos. Aquellos que realizan meditaciones o rituales, generan luz, más dicha luz más allá de ayudarles, se vuelve un farol que atrae dichas malas energías como las polillas a la luz, quedando propensos a ser atacados por aquellos seres que habitan en la oscuridad. Un eclipse no es un momento para generar luz y “combatir” la oscuridad como dicen muchos extremistas espirituales, sino más bien es una etapa para encontrarnos con nuestra oscuridad interior, reflexionar sobre ella, abrazarla desde la consciencia, para honrarla y sanarla. Es un instante en el que es propicio mirar adentro, e identificar ¿cuáles ciclos seguimos manteniendo abiertos?, ¿con quién o qué tenemos un ciclo abierto?, para de esta forma, poner fin a dicho proceso, y de esta manera prepararnos para las cosas o vivencias nuevas que lleguen a nuestras vidas.

El eclipse de hoy miércoles 26 de mayo, es uno un evento natural que servirá como llave que cierre una etapa en nuestras vidas, a un periodo o un clico abierto con alguien o con algo; un corte no desde el huir de éste como estamos acostumbrados a hacer, no, sino más bien para desde la conciencia darle un cierre perfecto, que nos permita reconocer la lección aprendida, la misión cumplida y la posibilidad de crecimiento de esa etapa que empieza a quedar atrás. Este eclipse en particular llega para cerrar una etapa que se abrió con el eclipse del 14 de diciembre y será un buen momento para reflexionar sobre ¿cómo transcurrieron estos más de 5 meses en nuestras vidas?. Es considerada una super luna, y marca el cierre de una etapa que comenzó con eclipse de Sol que tuvimos el pasado 14 de diciembre de 2020.

Precisamente por ello, es importante que hoy dediquemos un tiempo a recordar qué cosas estaban sucediendo en nuestras vida por ese entonces (14 de diciembre 2020) y cuáles fueron tus intenciones o planes en aquel momento. Durante éste eclipse y cualquier eclipse de luna llena -y como bien lo expliqué arriba- no recomiendo realizar ningún ritual ni petición, no es momento para cargar piedras, ni encender velas, no es necesario meditar ni hacer intenciones. En el eclipse debemos darnos la oportunidad de descansar, alinearnos con nuestra paz, y con la calma, ya que recibiremos mucha información y estaremos sensible durante el día, y será una energía que viviremos poco a poco, y solo veremos dicha energía reflejada al transcurrir los próximos seis meses. 

Particularmente el eclipse de hoy cae en el signo de sagitario, un signo efusivo, defensor de la verdad, un signo de la filosofía y de creencias, pero que al estar acompañado con este eclipse de luna llena, se nos invita a ampliar nuestros horizontes físicos y espirituales. Es un momento ideal para comenzar el camino de tu crecimiento espiritual y darnos la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos a través de talleres y actividades que organicemos más adelante. Un eclipse que nos invita a hacernos nuevas preguntas sobre lo que sentimos que ya no es una verdad para nosotros, y en que queremos y decidimos seguir creyendo, identificando a quienes consideramos nuestros guías -volver a elegirlos, si es necesario- o buscar nuevos horizontes: un momento en el que todo transcurre de forma veloz, y que debemos aprovechar plenamente, para evolucionar desde una elevada y mejor manera.

Así como lo dije previamente, durante este eclipse de luna llena en sagitario, no debemos hacer nada que implique generar luz, o combatir con luz, es un momento para mirar adentro (no meditar) identificar lo aprendido durante estos meses del año de pandemia que llevamos vivido, revisar en nosotros lo que no queremos para nuestras vidas, hacer una limpieza profunda en casa, para sacar o botar aquello que ya haya cumplido un ciclo con nosotros y que esté roto o dañado, un eclipse para mirar lo que queremos dejar ir, los ciclos que sabemos que llegaron a su fin, y ¿a qué es hora de darles salida?; todo esto con una misma finalidad, preparar el camino para los nuevos ciclos se avecinen más adelante.

Este eclipse nos hará sentirnos muy sensibles, por lo tanto siempre recomiendo evitar reaccionar ante los comentarios o actitudes de las personas, es importante acotar, que no es algo de un solo día, no es un efecto de un momento, es una energía que la experimentaremos durante los próximos seis (6) meses. También es importante que comprendamos que este eclipse de luna llena, simplemente nos lleva a cortar con algo, nos lleva cerrar, por ello será natural que sintamos la necesidad de mudarnos, cortar con una relación, dejar ir un empleo o empresa, y sobre todo abrirnos a la posibilidad de cerrar con una creencia, para aceptar y dejarnos fluir a una nueva verdad. 

Tomémonos éste mágico acontecimiento del eclipse de luna llena, como un evento para relajarnos, para consentirnos, para renovarnos, para llevar el día con calma, sin sobre cargarnos, simplemente escuchándonos y atendiéndonos, para tomar desde la consciencia las decisiones asertivas que nos lleven a experimentar todo ese éxito y plenitud que queremos para nuestras vidas.